miércoles, 5 de mayo de 2010

Les Fleurs du Mal 12



LA FUENTE DE SANGRE 

A veces siento mi sangre correr en oleadas,
 lo mismo que una fuente de rítmicos sollozos; 
la oigo correr en largos murmullos,
 pero en vano me palpo para encontrar la herida.

 A través de la ciudad, como un campo cerrado, 
va transformando las piedras en islotes, 
saciando la sed de cada criatura, 
y coloreando en rojo toda la natura. 

A menudo he pedido a estos vinos 
aplacar por un solo día el terror que me roe; 
el vino torna el mirar más claro y el oído más fino.

 He buscado en el amor un sueño de olvido;
 pero el amor no es para mí sino un colchón de alfileres,
 hecho para dar de beber a esas crueles mujeres. 

Charles Baudelaire


Siempre tan alegre y optimista este señor

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