Harry Potter

"Para mi primer sobrino, para que vayas introduciéndote en el hermoso placer de la lectura y la imaginación. Que te diviertas, tu tía Anahí" 

20/5/2001

Con 9 años, meses antes de que saliera la primer película, mi tía me regaló el primer libro de Harry. Me recuerdo sentado con las piernas sobre el brazo del sillón del comedor, leyendo con intriga: "¡Esa gente jamás comprenderá a Harry! ¡Será famoso... una leyenda... no me sorprendería que hoy sea conocido como el día de Harry Potter... escribirán libros sobre Harry... cada niño en el mundo conocerá su nombre!" McGonagall, a quien en mi mente llamaba en un principio McDonnald, estaba acertada, hoy todos lo conocemos, y yo en ese entonces me planteaba "¿Por qué es tan importante? ¿Qué va a hacer en la casa de sus tíos?". Mi velocidad de lectura no estaba para nada entrenada, pero la intriga que me generaba este libro hacía que se acelere, y a la mañana siguiente, antes de ir al colegio ya estaba leyendo sobre la serpiente en el zoológico y cómo Harry empezaba a hacer cosas extrañas. Lo veía tan parecido a mí, delgado, con los ojos verdes... me identificaba y no tardé en tomarle cariño. Con el pasar de los capítulos aparecían más y más personajes, aparecía el castillo, las horas de clase, los recovecos por los que tenían que pasar. Cada vez que pasaban por los pasillos, yo pasaba con ellos, me hacían acompañarlos por Hogwarts, por sus horas de estudio, me hacían querer sus libros, sus hechizos (hasta llegaba a juntar muchas hojas en carpetas inventando largas pociones y movimientos de varita). Una vez terminado el primer libro (y sabiendo que había más) no podía esperar a seguir leyendo. Como nadie me compraba el segundo, se lo pedí a un amigo que también los leía (era de una editorial extraña, a mi me gustaba el de Salamandra). Pero en la feria del libro de ese año mi tía me compró los 3 restantes, ya que hasta el momento solo había salido hasta el cuarto. Mi alegría no podría haber sido más grande, porque además de los libros me regalaron un póster del Cáliz de fuego en el que Harry pasa la prueba del dragón. No podría precisar cuanto tarde en leerlos, pero sé que cuando iba por el cuarto salió la primer película y con ella todo el merchandising posible. Me encargué de pedirle a mis papás todo lo que veía de Harry (hasta mi abuela cuando veía una revista con él en la tapa me la compraba). Desde la agenda (de la que nunca despegué los stickers que no se repetían) hasta los peluches, todo era Harry Potter. 

Tras un intento fallido de obligar a mi hermana a leerlo, tuve que contarle con el mayor lujo de detalles todo lo que sabía de los hechizos y las pociones para que pudieramos "jugar a Harry Potter". Tras repartirnos los personajes, todo lo que venía leyendo se pudo hacer realidad, con imaginación e instrumentos rudimentarios (ramitas por varitas, potes de cualquier cosa por calderos) pude sentirme en Hogwarts aún sin tener que leer el libro. Mientras tanto en el colegio eramos tres los que habíamos leído los libros e instruíamos a los demás para jugar a las clases mágicas en las horas del almuerzo. Poco a poco el furor se fue atenuando, pero cada año aparecía una nueva película, despertándolo de nuevo. Con la tercera la cosa empezó a cambiar, si bien estaba bien hecha, la falta del ambiente que lograron crear las primeras se veía oscurecido y opacado por otras cosas. Ya no llevaban sus túnicas todo el tiempo, Dumbledore era otro (nadie nunca va a poder reemplazar Richard Harris) y Trelawney no era como me la imaginaba. 

Para cuando salió el quinto libro mi nivel de inglés no era suficiente como para leerlo en su idioma original, así que mi tía me regaló una versión traducida no oficial antes de que saliera el de Salamandra. Me acuerdo de que me llamaron la atención Luna, que se hizo uno de mis personajes favoritos, y el Departamento de Misterios. Releí muchas veces esa parte, lo de los cerebros, el velo, todo parecía muy enigmático y en ninguno de los libros subsiguientes se retomó nada de eso. Ya para la salida del sexto pude comprarme la versión original, pero con este ocurrió un percance (por no hablar del posterior deseo homicida): Mientras estaba leyéndolo (aproximándome al final) me llega un mensaje de Maia, una amiga, preguntándome si ya había llegado a "la parte donde muere Dumbledore". Al principio me pregunté "¿me está cargando?" ¿Cómo podía haber muerto Dumbledore? Si él era el mejor, el imbatible, el campeón ¿cómo pudo haber sido derrotado?. Él representaba la seguridad, la confianza, cuando él hablaba todo se hacía sereno, menos pesado para Harry, él era alguien en quien podía depositar sus convicciones porque sabía que tenía la certeza de estar protegido. ¿Como había podido Rowling matar a un personaje a quien yo quería tanto?. Al leerlo no lo podía creer, Snape también me caía bien, pero en ese momento lo odié, lo quería pero no estaba a la altura de Dumbledore, ni Voldemort lo estaba. Terminé el libro con tristeza, pero esperando que Dumbledore reviviése. Me acuerdo que de su tumba había salido fuego en forma de fénix ¿Y si él era un animago? ¿Y si había sobrevivido y renacía de las cenizas? Esperé el último libro con inquietud, entre la irritación y la expectativa. Cuando salió tuve que mandar a hacerme una túnica nueva, la que tenía ya me quedaba muy pequeña. Afortunadamente un día antes ya estaba lista y pude usarla. Al comprarlo me dieron un pin de esos que según como lo muevas se ve una cosa u otra, en el que se leía "Harry Potter an the Deathly Hallows July 21, 2007" y "There will soon be 7". No tardé mucho en leerlo, y al terminarlo no sentí que los personajes me dejaran, todavía quedaban las películas. Admito que desde la cuarta no me gustaron, su fidelidad a los libros era insuficiente y la actuación de Daniel Radcliffe fue en picada. En mi opinión se puede encontrar a un Harry mucho mejor, a él le falta mucho. 

Así llegamos al día de hoy, a dos días de ir a ver la última parte. Sé que me va a deprimir desde que aparezca el símbolo de Warner Bros. en la pantalla (si no es que antes). La idea de no tener nada más que esperar de Harry me angustia, crecí con él, enriqueció mi infancia, mi adolescencia, hasta me hizo conocer a personas geniales ¿Qué sería de mí si no hubiese entrado a HarryLatino y no hubiese conocido a tanta gente? Si hoy tengo a Maga, a Andy, es gracias a Harry, gracias a Rowling que hizo de él un símbolo de una generación, que nos hizo a todos compañeros en Hogwarts. No quiero imaginar que ya no voy a tener algo nuevo por lo que recorrer las escaleras del castillo, encontrando a tanta gente y sintiéndome parte de eso. Gracias a ese primer libro hoy leo tanto, gracias a Snape y sus clases de Pociones hoy me gustan las Cs. Naturales, gracias a McGonagall y su forma de gato hoy leo a Catwoman y Batman, gracias a Umbridge hoy me levanto contra lo que no corresponde, gracias a Dumbledore hoy no dejo que nada me venza y sigo mis objetivos sin importar lo que cualquiera pueda decir al respecto, gracias a Ron y Hermione hoy confió en que puedo hacer de mis amistades mi familia, gracias a Harry hoy puedo decir que mi infancia fue la mejor que podría haber deseado y que eso siempre va a estar conmigo porque no voy a dejar de transmitirlo a mis hijos cuando los tenga o a quien necesite entrar en un mundo en el que la amistad, la integridad y la magia bañen cada pasillo. Y gracias, J.K. Rowling, por darme tantos años de amistad con tus personajes, tantas alegrías y disgustos, por hacer de cada capítulo una puerta, cada libro una ciudad y de una saga un mundo. Y gracias por despertar, desde esos lejanos 9 años que tenía, la magia que yo también tenía en mí.

"The stories we love best will live in us forever. So, whether you come back by page or by the big screen, Hogwarts will always be there to welcome you home" J.K. Rowling